18 de enero de 2008

HOMENAJE A LAS MADRES


23:12: Oigo a Alejandro gritar: “mamá, mamá!!!”, me levanto sobresaltada y casi tropiezo al ponerme las zapatillas. Le veo en medio del pasillo con cara de circunstancia y me dice casi llorando que le da miedo ir al baño solo. Irremediablemente unas dudas me asaltan, ¿qué será lo que le da coraje para cruzar medio pasillo a oscuras y qué lo que le acobarda tanto como para no poder seguir? En fin, le abrazo y le acompaño. El pobrecito se queda dormido sentado en la taza. Lo cojo en brazos y le llevo a su habitación. Le dejo sobre la cama y le arropo con el edredón. ¡Qué guapo es!. Con pies de gato salgo de la habitación. -¡Mamá tengo sed! Andrés se ha despertado. Le digo que voy a por un poco de agua, se la doy, le beso, le arropo y salgo de nuevo. ¡Al fin mi cama!
2:40: Noto como algo está intentado trepar por las sábanas. Aunque creo saber que es, abro la luz de mi lamparita. Lo suponía, allí está María intentando subir a la cama.-¿Puego domí cotigo mami?¿Qué le puedo decir con esas mejillas sonrojadas y esa carita de ángel? Le ayudo a subir. ¡Lo que faltaba!, no viene sola, con una mano sujeta su mantita de perritos y con la otra su osito preferido. Nos instalamos, María, la manta, el osito y yo. Todo esto intentado no despertar a José, aunque bueno eso me sorprendería bastante…María coje su manta y nos tapa la cabeza a las dos, se intenta dormir enrollando con un dedito un mechón de mi pelo y con el otro brazo agarra mi cuello. Con cuidado aparto la manta de nuestras cabezas. Ya está dormidita, a ver si ahora lo consigo yo.
6:30: ¿Quién diablos inventó los lunes? Sin hacer ruido me levanto dejando a María a sus anchas en la cama. José ya se ha ido y ni me he enterado. Me doy una ducha rápida y me dirijo a la cocina. Mmm… a María le haré un zumo de frutas que le encanta. A Alejandro un batido de chocolate con magdalenas. Andrés odia las magdalenas y el chocolate le sienta mal, para él un vaso de leche con galletas y a Esperanza… con la tontería esa de no querer engordar, ¿qué le hago?, le haré un zumo de naranja, tiene muchas vitaminas.
7:30: ¡Diana! Me dirijo al cuarto de Esperanza.-Buenos días tesoro, despiértate y a desayunar.Refunfuña un rato pero al final se levanta. Le doy un beso. Voy hacia el “templo sagrado” de mis dos hombrecitos preferidos.-Buenos días perezosos.Ni se enteran, están como troncos. Al final tengo que sacarlos de la cama yo misma. Alejandro me da un beso y Andrés aún no está en órbita. Le beso yo.-Alejandro no dejes que tu hermano se duerma.Oigo como Alejandro le embiste con el cojín mientras voy a por María.-Hola cariño.Ya está despierta y jugando tranquilamente con su osito. Me la llevo a la cocina. Todos están en su sitio menos Esperanza que todavía sigue en el baño. Empiezan a desayunar y Esperanza llega.-Cariño, por Dios, vete a lavar la cara que eso no es maquillaje, eso es pintura al óleo.Se va de nuevo al baño, aunque protestando. Regresa con la cara limpia, le sonrío pero ella me mira con rabia.-Esta tarde te enseñaré a maquillar, ¿vale?Está contenta.Todos desayunados.
8:30: En al coche, recuento de niños, si, están todos. Primero dejaré a Esperanza en el instituto que me viene de paso.-Que tengas un buen día cariño.Se despide y doy la vuelta con el coche. Alejandro y Andrés empiezan a discutir, mientras María canturrea algo sobre un elefante. Les pido que no discutan, Andrés pellizca a Alejandro, Alejandro se pone a llorar y María sigue cantando. Riño a Andrés y se pone a llorar de la rabia. Mis dos chicos llorando y María en su mundo cantando. Llegamos al colegio, bajo del coche y les pido por favor que no se peleen, les seco las lágrimas y les doy un beso. Alejandro se va medio contento pero Andrés sigue enfado conmigo. Subo al coche y María sigue cantando.-¿me enseñas esa canción, María?Y ella contenta empieza de nuevo:-Gun efelante se bagansebaba, sogue la tega de una agaña…Me da la risa.-¡Muy bien cariño!Empieza a aplaudir muy contenta. Llegamos a la guardería, aparco en doble fila, sólo tengo que acompañarla. La llevo hasta la puerta y nos abre su señorita, se queda muy contenta.Me voy al coche, ¡mierda! Me han puesto una multa.
9:30: En casa de nuevo. El polvo, la aspiradora, la ropa, las habitaciones, la fregona. ¡Dios mío! son las 12:30. Improviso algo para comer, unos macarrones que les gustan a todos y un poco de ensalada. Hoy todos terminan a las 14:00.
13:50: A por los niños. Esperanza me cuenta que mañana tiene un exámen muy difícil, y que está muy disgustada con Celia, su mejor amiga, porque el chico que le gusta a ésta se ha encaprichado de Esperanza, y ahora no quiere hablarle. Esperanza se pone a llorar.-Tranquilízate cariño, encontraremos una solución para esto.Se seca las lágrimas, parece más tranquila. Llegamos al colegio, y mis terremotos suben al coche, Andrés sigue de morros conmigo y Alejandro me cuenta la cantidad de deberes que tienen para mañana. -¿Tú también tienes tantos deberes, Andrés?Me contesta con un rotundo, seco y monosilábico SI.Recogemos a María, esta vez dejo el coche en marcha delante de la puerta de la guardería. María sigue muy contenta.
14:20: A comer. La cocina parece un campo de batalla, Andrés no quiere ensalada, a Esperanza le parece demasiado grande el plato de macarrones, Alejandro grita diciendo que le pica la lengua, ¿Cómo le puede picar la lengua? ¡si no he puesto pimienta!. María se dedica a hacer bolitas con la miga del pan, y las camufla entre los macarrones. Después de discutir con Esperanza la cantidad adecuada de macarrones, de poner más cantidad al plato de Andrés, de conseguir que María comiera algo, y de examinar minuciosamente la lengua de Alejandro, puedo considerar que todos han comido lo suficiente.
15:00: Todos a sus tareas. Esperanza se va a estudiar para el exámen, los dos terremotos a por sus deberes, y María y yo en la cocina. Yo despejo la mesa con su ayuda, porque si no dejo que me ayude se enfada mucho, ¿me pregunto por qué no serán como ella todos? Después de fregar los platos nos vamos al sofá un ratito. María se queda dormida.Las horas que quedan del día las reparto entre todos, una sesión completa de multiplicaciones y divisiones con Alejandro, otra del sintagma nominal con Andrés, sin olvidar lo que me ha costado que se le quitara el enfado conmigo. Unas clases prácticas de estética con Esperanza, y de psicología aplicada a la adolescencia. Sin olvidar los puzzles que hemos montado con María, unos 12 como mínimo.
-¿Qué tal el día José?
-Hoy a sido horroroso cariño, tenían que salir 13 pedidos para mañana, así que hemos tenido que ponernos las pilas. Por cierto ¿aún no has hecho la cena?.

2 comentarios:

Manuel Navarro Seva dijo...

Hola, Bárbara,
parece mentira que una madre pueda ser capaz de sacar una casa adelante con tantos hijos. Un estupendo homenaje a las madres y mi reconocimiento a tu protagonista.
Besos, Boris.

Bárbara dijo...

Gracias Boris, sí, la verdad es que la mami de mi cuento se tiene ganado el cielo!!!!

Besos.